Un capricho más.
Una negación total.
Sigo sin concebir como es que con tan poco tiempo, con tan pocos detalles y momentos,
decidiste que no era yo lo que necesitabas.
Preguntarlo seria estúpido y la manera más cobarde de insinuarte que aún te quiero.
Sin habla, sin tono, sin fuerza.
Mi mente me dice que regresaras,
mi corazón no tiene opinión en esta situación.
Tal vez mis hipótesis son correctas o erróneas, pero de cualquier manera
las creo.
Pensando en que aliviara un poco este monstruo de dudas e indecisiones que soy ahora.
Había esperado tanto este momento,
porque aún llena de miedos y de contradicciones,
siempre supe lo que quería.
Y lo que quería eras tu.
Te miro caminar, escucho detenidamente lo que dices,
siento tus abrazos, pero sigues sin decirme nada.
Nada que me calme, nada que comprenda,
nada que me diga que hacer con todo lo que siento dentro y fuera.
Porque también te siento fuera, tan ajeno y tan lleno de mi.
Pensé en ser "mala" contigo, pero no puedo.
No sé como decirte que no, no sé como alejarme de ti,
no sé como puedes tu olvidar el tiempo en que me decías que me querías más.
Por un momento sigo pensando que fui un juego, una apuesta,
un simple amante más a tu lista interminable de cosas por hacer.
Te dí lo que aprendí a dar cuando se quiere.
Confianza, amistad, amor, calor, fidelidad (mente y cuerpo),
la cursilería que habita en mi, que nadie comprende y no muchos merecen.
Y tu, me diste solo un "Mejor como amigos".
Sigo preguntándome si seguimos siendo amigos.
Porque lo que yo siento por ti, es mucho más que una amistad.
Aunque te de lo mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario