Y así juntar nuestras tristezas,
miradas hacía el vacío,
en donde se encuentran las mentes de los locos.
Sí, amarnos locamente y así sin pensarlo
perdernos en nosotros, para encontrarnos en ninguno.
Las palabras sobran en este ensayo hacía el dolor,
lágrimas secas que brotan de una piel muerta,
que brotan de risas fingidas
y del sentir censurado.
La poesía no sirve, las canciones llenas de gritos
de desesperación de los corazones ansiosos por ser escuchados,
por ser comprendidos.
Al final: Nada. Observando a una musa triste que espera esa llamada olvidada,
de los ojos que parecen cristales al borde del desastre.
Escribiéndole un poco de claridad.
Escribiendo tal ves sin sentido, tal ves sin consciencia,
pero al final: Nada.
Tan alejada del mundo y tan presente en el sitio,
tal olvidada de alguien, pero para mi, para este loco sin corazón
Es una flor en nacimiento.
Somos las dos, un par de arbustos
queriendo compartir nuestras raíces.
El calor de la llama apagada por la insistencia de un frío,
de una necesidad,
del abrazo de un ser querido.
Pero al final: Nada.
Su boca incita a morder, suave y deliciosamente lento.
En ella no se ve ningún signo de vida.
Pero al final: Nada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario